Declaración de intenciones

No hay intenciones: Este es nuestro recorrido salvaje hasta que vemos brillar el sol, nuestro crimen y castigo nos obliga a confesar lo que está ocurriendo en Barcelona, porque realmente algo está pasando. Nuestra experiencia cabalgando por los distintos bares de la ciudad ha sido fulminante. Ahora juzgamos y sentenciamos. Decimos qué sitios son los buenos, y cuáles son una puta mierda.
Convenceros de que para ser alternativo, hay que buscarse las alternativas.

Good luck.

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lunes, 1 de septiembre de 2008

Barroc


Nombre: Barroc
Zona: The Born and the Bitter End
Dirección: Carrer Rec, núm. 67
Acceso: L4 Jaume I (El Conqueridor)

Horario: de 15h. a 3 de la mañana. Todos los días a piñón.
Especialidad: Mimosa (Cava con zumo de naranja).
Precio consumiciones: 7.-€ de dia, 8.-€ de noche.

Ambiente: Hasta hacen entrevistas a los cuatro intelectualoides de mierda.

Impresiones: Nos metemos en el Born, uno de los barrios más históricos de Barcelona, en la puñeterea Catedral del Mar bajo un sol fulminante, buscando un abrevadero donde poder apaciguar a las bestias y a otros demonios. Las guías cultas que sermonean acerca de donde ir para ser guais, apuntan al Born como zona imprescindible. La verdad es que el pijoteo es incapaz de esconderse por muy correctamente alternativo que trate de disfrazarse. Algunos borrachos de los países del este deambulan bastante desorientados y una horda de turismo familiar barre las calles a base de flashes e instantáneas. Chocamos con el Barroc y nos metemos de lleno al ver que las falsas butacas Luis XV están completametne vacías. Notamos que la carta es un auténtico libretto de ópera y que hay imágenes de querubines, columnas estriadas y pantalla de proyecciones enmarcada como si fuera un cuadro de lMuseo del Prado. Todo bastante interesante. Por el rollo que se traen pinta bastante a reducto argentino y posible punto de morcilleo total con guiris llegadas en el último vuelo de la Rayan Eir al caer la noche. Realizan exposiciones de pintura y fotografía, lo que es sinónimo de encontrarse con auténticos plomos a partir de cierta hora. Pero por la tarde se está realmente bien. Uno puede encontrarse en algo muy parecido a la imagen tan equivocada que tenemos del siglo XVIII, sentirse de lo más vintage y ver por los cristales a toda esa gente ensimismada que visita la city sin tener ni puta idea de lo que están viendo. Nunca se había visto a tanto lerdo circulando en las áreas de servicios de la globalización.

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