Declaración de intenciones

No hay intenciones: Este es nuestro recorrido salvaje hasta que vemos brillar el sol, nuestro crimen y castigo nos obliga a confesar lo que está ocurriendo en Barcelona, porque realmente algo está pasando. Nuestra experiencia cabalgando por los distintos bares de la ciudad ha sido fulminante. Ahora juzgamos y sentenciamos. Decimos qué sitios son los buenos, y cuáles son una puta mierda.
Convenceros de que para ser alternativo, hay que buscarse las alternativas.

Good luck.

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sábado, 30 de agosto de 2008

Minusa

Nombre: Minusa
Zona: Eixample Gay
Dirección: Carrer València, núm. 166.
Acceso: Metro L1 Urgell. L5 Hospital Clínic.

Horario: De martes a domingo, de 18h. hasta 2:30h.
Especialidad: Jägermeister con naranja.
Precio consumiciones: Entre 6 y 7 €.-

Ambiente: Bar Musical.



Impresiones: Minusa es la propuesta más interesante para aquellos que quieran escuchar buena música en l'Eixample. Ahí se convoca inconscientemente a los llamados eclécticos, mind opened people o simplemente la gente del barrio que quiere tomar una copa con buena música. Porque Minusa es eso, un espacio con una decoración más que amable, con un toque muy personal y sesiones diarias de Dj. Incluso es posible asistir a una sesión de monólogos los domingos por la noche. La gente que lo regenta es simpática y atiende con celeridad, cuando el sitio no está hasta los topes pueden llegar a atender peticiones. Si en algo hay que insistir es que la música es muy variada, es posible llevarse una grata sorpresa al volver a oír temas que difícilmente oirías en otro lugar de Barna así como poder enterarse de las distintas tendencias que se cuecen en Europa. Si se va por la zona de la Eixample esquerra sería una pena no pasar por este local.
En cuanto a las bebidas, decir que ha sido el primer lugar donde nos ofrecieron Jägermeister con zumo de naranja, que en resumidas cuentas es uno de los grandes pecados capitales del alcohol. Puro ciervo. Este cocktail es muy típico en la glacial Finlandia y ahí es llamado JägerMonster, lo ideal para no ver el sol durante más de seis meses.

Dexter

He aquí otro de nuestros cocktails, Dexter, el asesino más querido de la ciudad de Miami.

· 2 cl Jägermeister
· 2 cl kahlua (o algún licor parecido, pero el ideal sería este)
· 1 cl zumo de limón
· Un poco de zumo de naranja (casi que es solamente para darle color)
· Un poco de grosella (lo mismo)
· Hielo pilé

Mezclar el Jäger con el licor y el zumo de limón, agitar tan enérgicamente como si estubieras descuartizando a alguien, ponerlo en un vaso de cocktail lleno de hielo, y por último darle los toques de zumo de naranja y grosella.

P.S: opcionalmente se puede omitir la grosella, y, en su lugar, decorarlo con unas gotas de sangre, pero para eso ya hay que tener mas huevos.

miércoles, 27 de agosto de 2008

ESCAC

Nombre: Escac.
Zona: Rajwal.
Dirección: Pl. Bonsuccés, 6 Barcelona, 08001 (por si queréis enviarles una carta y felicitarles).
Horario: L-J de 8 a 00 / V-S de 8 a 3
Acceso: L1 Plaça Catatònia

Happy hour: Los combinados están bien de precio. Los tienen hechos desde primera hora de la mañana.
Especialidad: Caipirinha.
Precio consumiciones: 6.-€

Ambiente: Lésbico psicobilly tattoo pin-up...los desplazados de la calle Trallers con ganas de seguir siendo guais. Esos se quedan dentro. Fuera en las terrazas están los kumbas tocándose los pies. Y en la plaza están los yonkis bañándose en la fuente. Un ambientazo, vamos.


Dex Deth y yo entramos en el water del ESCAC. Parece una sauna rusa y me parece haber metido un pie en el cubo de la lejía. Una fregona cae en mitad de la oscuridad. La chica de la barra nos pasa una carta y elegimos alg o con lo que destrozar el hígado mientras la panadería de al lado cierra con un estrepitoso persianazo. Un montón de estudiantes engreídos alardean de culturetas en una hora todavía bastante concurrida por pervertidos y otros droggers. Los combinados llegan y nos vamos al piso de arriba, donde el calor es de sauna rusa y los espejos nos dicen que estamos haciendo el pringado de mala manera. Llegados a este punto nos planteamos volver a la fascinante Trallers a pensarnos que estamos en la cresta de la ola de la modernidad o de tirar más abajo y meternos en Rajwal de una puta vez para ver drags, pakis y reírnos un rato de los turistas con los que financiamos este país tan bien estructurado. La corrosiva bebida desciende por la garganta anunciando males futuros. Me veo en una camilla de hospital absorviendo todo el suero del mundo. Sin embargo resulta barato. Buen lugar para conspirar antes de quedar con el resto de la gente. El suelo es a cuadros de ajedrez y parece que de un momento a otro se ponga a bailar todo el mundo el twist, como en los musicales americanos. Muy yankee por dentro y muy yonki por fuera. Quizás por eso el porcentaje de tíos con tupé y un montón de mierdas brillantes en el pelo que corren por Barcelona se atrincheran en este sitio a soñar con Harleys y a empalmarse con Elvis. La calidad de la bebida es fundamentalmente mala. Los prefabricados van perdiendo cada vez más sabor. La cantidad de hielo es perfecta para coger unas anginas y lo recomiendo para darnos cuenta a cuantos sucedáneos nos sometemos día a día.

martes, 26 de agosto de 2008

Smoboda

Esta es la joya de la corona: Andy Warhol dijo que todo el mundo merecía 15 minutees of fame, pero yo creo que todos deberíamos tener nuestro cóctel propio: Y el mío, cosa rara, no lleva Martini.
La hora adecuada es al empezar la noche y meterse en proceso de aceleración. Entra de golpe, fresco y liviano. Dulce pero contundente. Sencillamente perfecto. Uno sale dispuesto a apoderarse de la ciudad tras notar los primeros efectos. No hay más que decir, agudiza los ingenios y ejerce de panacea posmoderna a la decrepitud de una sociedad sin clases en la que sólo la imaginación combate ferozmente contra lo establecido sin que nos hayan preguntado si realmente estamos de acuerdo.

Zumo de naranja.

Hielo pilé o picado como lo haría Sharon Stone, esa gran mujer dispuesta a acostarse con tíos jóvenes.

Canela.

Licor 43.

Cointreau (Siempre la mitad que lo que hemos puesto de 43).

Mézclese como si fuera un centrifugado. No hay tiempo que perder.

007

En la novela Casino Royale bautizará su martini con vodka con el nombre de Vesper, en referencia a una agente doble llamada Vesper Lynd.
Existen distintas teorías alrededor de la elaboración "agitada, no removida" del martini de Bond. Andrew Lycett, biografo de Fleming, afirma que éste consideraba que remover puede disminuir los sabores respecto el agitado. Por otro lado, se sabe que el martini agitado estará más frio que removido, básico para que el sabor sea el corrrecto.

El martini perfecto, el 007 debería preparse de la siguiente manera:
1.5 oz de Vodka Citron
0.2 oz de dry martini
1.5 oz de Gin.

En una coctelera se agrega un twist de cáscara de limón y se agita, no se revuelve.

lunes, 25 de agosto de 2008

Kahiki

Nombre: Kahiki
Zona: Al final de la Fascination Street Plaça Universitat, skater's world.
Dirección: Gran Via de las Corts Catalanes, 581
Acceso:

Horario: 19:30h. en adelante
Happy hour: No
Especialidad: Bucanero
Precio consumiciones: 7.-€

Ambiente: Parejas metiéndose mano. Tonto el último.



Si has sido capaz de aguantar la Fascination street hay premio: te mueres en el Kahiki bebiendo de una jarra humeante sentado entre cañas de bambú. El local es histórico: existe desde la época de la transición y la verdad es que lo mejor es llegar en estado de tránsito. Unos camareros de la edad de tu padre te reciben vestidos con camisas hawaianas y tratan de hacer que estés bien a base de poderosas mezclas, plato de quicos, galletas de pececillos y música de recopilatorios. Los baños están en el piso de arriba y depende donde te sientes te pegas un hartón de ver lo que hay debajo las faldas. De todos modos el Kahiki es un sitio al que se va en compañía. Es un lugar para estar a oscuras y en entimidad al lado del tumulto de la ciudad. De puertas a fuera uno se siente arrollado por la Gran Vía y los follones de Plaça Universitat. Uno puede saborear las delicias de la Polinesia y desear emigrar a Rapa-Nui con tal de seguir bebiendo las delicias exóticas a base de zumos de frutas y rones. Me pareció ver algún surfer frustrado en invierno, porque siempre me he preguntado qué puñetas hace un surfer cuando no se puede bañar en la playa. UVA, mechas en el pelo...o se va a fardar de tabla en el bar polinesio con un apaño de tía escultural. Altamente recomendado.

miércoles, 20 de agosto de 2008

C.R.O.S.S.

Ladies and Gentlemen, os presentamos, en rigurosa exclusiva, uno de los cocktails más traicioneros que hay:

C.R.O.S.S.

· Medio limón exprimido
· Medida grande del jigger de Martini Dry
· Medida pequeña del jigger de Licor del Perfecto Amor
· Medida pequeña del jigger de ron Malibú
· Zumo de piña
· Hielo Pilé


*Servir muy muy frío, en un vaso de Mojito, y disfrutar. (Consejo: no tomar mas de tres la misma noche).




P.S: Para los que no sepáis qué es un Jigger:

Manchester 1

Nombre: Manchester (1 de 2)
Zona: Raval
Dirección: C\ Valldonzella, 40 (rodeado de mierda y ropa tendida en las ventanas)
Acceso: A pie, te puedes morir.

Horario: Hasta las 03:00h.
Happy hour: Hasta las 22:00h.
Especialidad: Mojitos y tal
Precio consumiciones: Razonable

Ambiente: Inmejorable


Impresión:

Existen dos Manchester's: uno en pleno distrito Orwell (en el que NUNCA hemos podido entrar) y otro en el puto Raval. Hablaré de este último.
Después de una hora dando vueltas por el Raval, de puta casualidad, vimos un cartel al que le faltaban letras, en el que ponía algo así como “Maeste”, y nos imaginamos que sería ahí.

Se oía la misma música que cuando pasas por delante del otro Manchester: Placebo, The Cure, Joy Division y cosas por el estilo (lo mejor que tienen estos locales es la música).
En comparación con el otro, no había nadie. Bueno, de hecho, no había nadie, lo que hizo todavía mas extraño que la camarera con forma de barril tardara veinte minutos en preguntarnos qué queríamos, para luego quedarnos con cara de tontos al decirnos ella que en la happy hour sólo entraban las Caipirinhas. Así que pedimos eso.

Hay poco que decir del sitio, a parte de que los lavabos miden medio metro cuadrado y tienes que subir dos escalones rarísimos para subir (le tuve que salvar la vida a un hombre que iba en muletas) y huelen igual que los del Valhalla.
Nos bebimos las caipirinha que sabían a menta (tío, no me jodas, si hiciste anoche un Mojito, al menos limpia el vaso) mientras escuchábamos un par de canciones de los Smiths y de Placebo, y veíamos a la poppy-gorda-guiri bailando detrás de la barra.


Fue divertido.




P.S: La carta es muy graciosa, casi nos reímos.

sábado, 16 de agosto de 2008

Rock and Roll

Nombre: Rock and roll
Zona: Distrito Orwell
Dirección: Carrer Escudellers, al lado de un bar todavía más jodido.
Acceso: L3 Drassanes

Horario: 19:30h.
Happy hour: Olvídalo, son tiempos duros para el metal.
Especialidad: Acumular mierda en los rincones.
Precio consumiciones: 7.-€.

Ambiente: Lo pillamos completamente vacío.

Entramos en el Rock and Roll del Distrito Orwell haciendo caso omiso a nuestro sexto sentido. Una tía gorda nos mira mal detrás de la barra. Por nuestra culpa tuvo que dejar de rascarse el sobaco. La vida a veces es muy cruel. La pocilga huele a ambientador rancio del Lidl, los pósters se caen solos y veo fotos de tíos con mallas por todas partes. La camarera nos gruñe para preguntarnos qué queremos aunque lo único que nos apetece por el momento es verla muerta. Pedimos unos martinis y parece que es la primera vez que le piden algo así, porque se extraña. Temo que la botella la olvidó junto a la de la lejía porque en este garito ni se limpia ni se bebe nada de esas cosas.
Según el metal eso es pecado.
Me quedo en la mesa preparando la crítica cuando el focón me llama para que recoja dos vasos de tubo medio vacíos. Ella no sirve en las mesas. Se cansa. Tampoco pone música: los altavoces están demasiado hechos polvo y no la aguantan ni a ella. Sólo puede sonar metal y para de contar. No te esperes ni a Alice Cooper. Estoy por largarme pero prefiero cumplir con mi cometido y el motivo por el cual nos dejamos caer por ese bar y soltar los doce euros más desgraciados de mi triste existencia: apurar las copas mientras nos dedicamos a despellejarla viva: La imagino en una reunión con su grupo de apoyo diciendo que se atragantó soñando que se ahogaba en una bañera llena de Xibeca, una masa adiposa reluciente cual cetáceo en una lata de aceite. No hace falta tener demasiada imaginación para eso. Los heavies nunca van a saber hacer negocio. Son demasiado auténticos y demasiado cutres también. Marcar estilo no es crear un bastión, y llevar un local es otra cosa muy distinta a lo que hace la gorda en el Rock and roll.
Que siga la música.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Tequila

Nombre: Tequila
Zona: Distrito Orwell
Dirección:
Acceso: Metro L3, Liceu / Drassanes

Horario: 19:30h. – 03:00h.
Happy hour: No
Especialidad: Ninguna. Las camareras están buenas, ya está.
Precio consumiciones: 8-9 €. Pero las camareras están buenas.

Ambiente: A nosotros solamente nos gusta por las camareras.



Impresión:

Las camareras están muy buenas. La Dj también (aunque sólo la veamos de cintura para arriba).
Por dentro es todo rojo, no hay mesas, hay un montón de barras, taburetes giratorios y cascos de música.
La gracia del local es que, en teoría, tú vas con cara de tonto a la Dj, le pides una puta mierda de canción, y al cabo de media hora cuando se acuerda de ti y la pone, te pones los cascos llenos de piojos que hay colgados encima de la barra y oyes tu puta canción. Pero nunca más querrás volver a escucharla.

Te cobran como seis euros por una cerveza a 10ºC, los chupitos son un auténtico atraco (cuatro eurazos) y los cubatas se van para ocho o nueve. Lo que hace muy difícil invitar a los colegas.

Las camareras están muy buenas.
Hay una que siempre te mira con cara de perro pachón, pero no nos importa porque nosotros nunca le miramos la cara.

Si quieres pasar miedo, entra en el lavabo.
Al lado de la Dj, hay dos pedazo de listas de canciones y videos que puedes pedir escritas con rotulador carioca.


A primera hora, está de coña.
Hasta que llegan los metaleros. Los metaleros y las gordas siempre acaban jodiéndolo todo.

Lo chulo es que puedes oir una canción de Marilyn Manson justo después de una de David Bustamante.

Eso sí, las camareras están muy buenas.

Burdel 74

Nombre: Burdel 74.
Zona: Rajwal.
Dirección: Carrer del Carme, núm. 74
Acceso: Metro L3 Liceu

Horario: -
Happy hour: Olvídenlo, eso aquí no tiene glamour.
Especialidad: Ron con cola y zumo de limón.
Precio consumiciones: 6.-€

Ambiente: Drag queens, famosos, grandes crápulas


Terremoto de pelucones, taconeo, mesas con recortes y collages, cutrelux, pantallazo con proyecciones de The Rocky Horror Picture show y otros clásicos del género. Sofás hechos caldo, lavabo como las peluquerías, todo muy unisex, locas a punta pala, mujeres al borde de un ataque de nervios, purpurina, pestañas postizas y las reinas animando el cotarro.
Las chicas de Gina hacen que el barrio chino no pierda ese toque canalla que otrora lo caracterizaba antes de que se pusiera tan de moda to take a walk to the wild side. Ellas os servirán las copas a ritmo de McNamara, Alaska y un poco de Raphael.
En la jaula de las divas el petardeo está garantizado y por si os sabe a poco, los domingos hay Bloody Mary para que todo el mundo pueda pasar la resaca en condiciones dignas. Así vale la pena recorrer la ciudad: En un ambiente que queda en semipenumbra y en un espacio tan poco convencional, la diversión es segura, porque ahora mismo el Burdel es lo más de todo, bizarro como él solo, divertido, elegante a su manera y si uno cae bien hasta lo cuidan con bastante cariño, qué más se puede desear. Presentándote antes de medianoche todavía es relativamente fácil encontrar un buen sitio, pero pasada esa hora todas las Dráculas se presentan con sus bocadillos de caviar y lo de pillar puesto ya está más bien jodido, pero bienvenidos a su morada. Pase lo que pase, Gina y sus chicas os aseguran el espectáculo.


Penthouse

He aquí una receta creada por Miguel Boadas con motivo de la publicación del primer ejemplar de la revista Penthouse en España.

Ingredientes

Hielo
1/3 Ron blanco.
1/3 Grand Marnier.
1/3 Dubonnet.

Mézcles y sírvase en copa de cocktail Adornándolo con una guinda (si queréis le quitáis la guinda, a ver si la vamos a liar por eso).

El Decálogo del Barman


I. El barman es un artista y la coctelería un arte que se nutre de espíritu, sabor, aroma color, genio y fantasía.
II. La misión del barman es alegrar, no embriagar.
III. Haz del cliente un amigo y no del amigo un cliente.
IV. No ofrezcas nunca una copa sin una sonrisa.
V. Habla lo necesario, no escuches lo ajeno y olvida las confidencias del cliente, procurando que el trato sea siempre el mismo.
VI. Sé el más limpio, el más elegante, el más cordial, el más fino, en todo momento y en todo lugar.
VII. No hagas trampas con las bebidas ni juegues con la confianza de tus clientes: sírveles siempre lo mejor. No des al cliente lo que no quieras para ti.
VIII. Experimenta sin cesar, pero no a costa del cliente.
IX. Huye de las “fórmulas matemáticas” en tus cócteles; la fantasía es en ellos un ingrediente esencial.
X. Siente el orgullo de ser barman, pero merécelo.


Eso es algo que corre por el gremio. Buena gente, no?

Boadas

Nombre: Boadas cocktail bar.
Zona: Fascination Street.
Dirección: Tallers, núm.1.
Acceso: Renfe, Ferrocatas, Metro L1, L3...

Horario: Mañanas y a partir de las cinco de la tarde.
Happy hour: Por favor... que es el Boadas...
Especialidad: El cockatil llamado Boadas.
Precio consumiciones: 7.-€ las long drinks.

Ambiente: Clase. Y poca clase. Junto pero no revuelto.

El Boadas es el gran sitio. Aquel que pasa por la ciutat comtal y no ha entrado en el Boadas no ha estado en Barcelona. La vida animada del centro conoce también de lugares de categoría. El Boadas es el remanso de paz en mitad de esa locura llamada La Rambla. Hacer una incursión en este lugar equivale a mezclarse con una fauna de asiduos que se mezcla con resignación con una clase turista que acude en masa para cumplir con lo estipulado en la guía comprada en el aeropuerto, porque no deja de ser uno de esos diez lugares imprescindibles para vivir la ciudad. Año tras año y década tras década, este lugar se ha convertido en toda una institución. Sus precios son increíblemente bajos para lo que representa. Viendo los sablazos que se pega en esa zona por respirar, es un auténtico lujo ser atendido por gente tan profesional a un precio irrisorio. Eso obedece a que todavía se sigue fielmente con la filosofía de su fundador, el señor Miguel Boadas, el cual ha quedado plenamente integrado dentro de los personajes que protagonizaron la vida cultural de toda una época que quizás queda ya en el recuerdo, pero donde las recepciones, las fiestas de alto copete y los locales de categoría competían ferozmente por tener a más famosos tomándose algo en sus barras como si les fuera la vida en ello. Si en Madrid era el famoso Chicote, en Barcelona Boadas era lo máximo. En aquel ambiente de posguerra y efervescencia de unos cuantos privilegiados, Boadas abrió sus puertas a todos, el barman era el gran amenizador y a la vez el confesor silencioso de todos esos excesos permitidos por el rancio abolengo, así como de las grandes familias barcelonesas, pero también era ese alguien que cuidaba los gustos ajenos educando el paladar en un país condenado al atraso y de costumbres cada vez más rancias. Algo de todo aquel espíritu de clase todavía queda en el Boadas de hoy, y testigo de ello son algunas fotografías capaces de arrancarnos más de una sonrisa de complicidad.
Aunque las grandes personalidades ya no se dejan caer tanto como antaño, los camareros siguen siendo lo que deberían ser en estos sitios: enciclopedias abiertas del buen alcohol. Agitan la coctelera con un estilo y un aplomo que dejan a uno de piedra, dan consejos en el caso que se les pida, proponen alternativas según los gustos de uno y se esfuerzan en complacer al cliente. Todo un lujo. Es muy raro ver todavía personas tan arregladas trabajando con un estilo tan perfecto con el que te están dando toda una lección de savoir faire.

Lady Love

Si queréis sorprender gratamente a alguien seguid el siguiente consejo. Esta pócima se llama Lady Love. Sirve para estar mirando el techo toda la noche. Ya me diréis.

Ingredientes:
1/3 Coñac.
1/3 Curaçao.
1/3 Oporto.
1 golpe de crema de menta blanca.
Jarabe de frambuesa.

lunes, 4 de agosto de 2008

Icebar

Nombre: Icebar.
Zona: Barceloneta.
Dirección: C/ Ramón Trias Fargas, nº 2.
Acceso: El taxista más farlopero de Barna.

Horario: Hasta las 03:00h.
Happy hour: Me dejas de hielo. ¿Te piensas que en un sitio así hay happy hour?
Especialidad: Jägermeister.
Precio consumiciones: 15€ de entrada, consumación incluida.

Ambiente: Gélido, pero muy acojonante.

Impresión:


Cuando llegamos al Icebar, ya nos habíamos fundido toda la pasta en un puto bingo. Qué más decadente para bajar la adrenalina y el cabreo que meterse en un bar pijo a cuatro grados bajo cero enfrente de una playa tórrida en la que sólo pueden venderte pulseras fluorescentes o abrirte el estómago de un navajazo? El Ice Bar. Hacer religiosamente una cola para entrar en una cámara frigorífica con unas manoplas, una chaqueta de borreguillo, y un sombrero estilo Unión Soviética. No esperes encontrarte a las camareras medio en bolas. Hace la misma temperatura que en Finlandia el día de año nuevo. Las bebidas te las sirven en un vaso que ha quedado dentro de un cubo de hielo. Parece que se te vaya a resbalar como cuando te metes en la bañera con una pastilla de jabón. A ver quien sostiene eso con la puñetera manopla sin que se le caiga al suelo. Dex y yo casi nos ponemos a hacer un muñeco de nieve, pero al ver que tenían una réplica en miniatura de la Sagrada Familia de Gaudí detrás nuestro nos quedamos de piedra. Nuku nos tuvo que regalar una foto haciendo el niño entre las torres del templo expiatorio que quedará hundido con el paso del AVE. Hablar dentro del Ice Bar es sacar bocanadas continuamente, el frío que se cuela por cada rincón del cuerpo es refrescante, da la impresión que se pueda patinar por el suelo y si no fuera por el videoclip de Enrique Iglesias que pasaban por la pantalla de plasma hubiera parecido un lugar perfecto. Sabíamos que el cambio de temperaturas al salir sería menos benigno: cocerse con esos chaquetones duele, uno parece un pollo dentro una cazuela, sale pitando del sitio como puede y con la risa de habérselo pasado de muerte en un lugar tan curioso que es de visita obligatoria.

Curiosamente la idea del bar tiene su origen en satisfacer uno de los deseos más importantes del arquitecto Antoni Gaudí. En su lecho de muerte en un hospital donde nadie lo reconoció entregó unos papeles pidiendo que alguien hiciera aquella obra con los materiales que indicaba. Sorprendentemente uno de ellos era hielo y eso fue lo que hicieron los que montaron el bar una vez ese papel volvió a ver la luz al ser encontrado en un mercadillo en Tarragona. Life is so amazing (sometimes).



Las Cuevas del Sortes

Nombre: Las Cuevas de Sorte.
Dirección: Carrer d'En Gignàs, 2.
Acceso: Metro L3, Drassanes.

Horario: Hasta las 03:00h.
Happy hour: no (ofertas especiales).
Especialidad: Ruso negro. Caipiroska.

Precio consumiciones: 6.-€
Ambiente: Grupúsculos guiris.

Lo más fácil es pasar de largo de este local bajando por la calle Avinyó, porque a simple vista pasa tan desapercibido que como no te asomes a la boca d'en Gignàs, no te enteras de que este sitio existe. Realmente sería un error lamentable perderse un local con tanta personalidad como éste. Al igual que otras personas (suponemos, suponemos), lo descubrimos de pura casualidad al salir de buscar tabaco en la máquina expendedora del Bar Abuelo, lo cual tiene bastante delito. Una pizarra nos invitaba a bajar a la segunda planta y tomar algo ahí, cosa que tuvimos que meditar para tirarnos de lleno al cabo de medio segundo. Fuimos directos downstairs, a través de peldaños de mosaico donde lo más fácil era pegarse la hostia del siglo. Descendimos así hasta una ancha sala que estaba ya casi a oscuras, con velas y lamparillas repartidas entre las distintas mesas de madera y la suficiente intimidad para meterse mano sin ser visto. Aquello ya tenía el aspecto de una gruta de bandoleros, pero no te atracan: la bebida sale muy bien de precio. Los cócteles no tardarían en llegar y el efecto fue a decir la verdad, muy contundente. Por las paredes vas viendo luces girando en círculos al estilo karaoke y la música funky hace que no enteres de las conversaciones de los demás, que por lo general hablan en un idioma distinto al tuyo. Vale la pena darse cuenta de algo curioso, en las Cuevas suelen servirte una carta a modo de posa vasos. Es algo curioso. A lo largo de la noche van repartiendo la baraja. Por desgracia dicha carta puede llegar a esconder el significado de lo que ocurre esa noche. La vez que nos salió un nueve de copas, acabamos llegando reventados y al día siguiente éramos auténticos cadáveres. No hemos dicho nada acerca de esto, la aletoriedad forma parte del rollo del local: Sortes es un método antiguo de adivinación que consiste en interpretar un pasaje de un libro sacado al azar a partir de la pregunta que previamente se ha formulado uno mismo. Se dice que San Agustín se convirtió al cristianismo jugando a estas cosas, así que cuidado con lo que hacéis. Tanta trascendencia hace que uno ya entre con el karma preparado, pero vale la pena, realmente. La última vez se nos acopló un Noruego y no pudimos sacárnoslo de encima hasta Sants Estació, donde se dedicó a asustar a todo el mundo de la cafetería zampándose un montón de bocadillos con una cara que no olvidaremos jamás. La planta de arriba es más tranquila, bastante minúscula, por lo general encontraréis a un tipo polaco que la lía bastante gorda y que se estresa solo yendo de un lado para otro de la barra sin saber qué hacer. Está en ello. Nosotros seguimos tentando a la suerte y buscando nuestro destino en el fondo de las copas.

viernes, 1 de agosto de 2008

Granados 83

Nombre: Granados 83.
Zona: Eixample Gay (Punto G).
Dirección: Granados, 83.
Acceso: Suban, suban...

Horario: Hasta la una de la madrugada, pero se irán antes.
Happy hour: Demasiada categoría, ellos consideran que las happy son para la prole.
Especialidad: El sake con alguna guarrada.
Precio consumiciones: Prepárense para lo peor.

Ambiente: Tías jóvenes en grupo hartándose de Cosmopolitan como si estuvieran en "Seso en Nueva Yo."

Impresión:

Alentados por lo prometedor de un chivatazo, nos dirigimos apresuradamente al Hotel Granados, ese era el objetivo. Parece que los que entienden aprecian los secretos del barman de ese lugar como si fueran algo grande. Nosotros no podíamos ser menos y teníamos que verlo, así que el equipo entero de B.N.B. se presentó en el vestíbulo del Granados como algo especial. Hasta entonces no había tenido en cuenta el potencial decadente de los lujosos hoteles de la parte alta de la ciudad. Su entrada es tan espectacular que a uno lo deja en silencio. Un mundo tan ajeno a nuestra realidad es de por si un encuentro emocionante, por lo que presentarse intempestivamente y con nuestras pintas para comprobar la calidad de sus bebidas, era más que una temeridad, pero también una declaración de principios muy nuestra. Tenía entendido que el bar estaba situado en la planta baja. Cuando el recepcionista nos indicó que debíamos tomar el ascensor para ir al ático pensé que ya la estábamos liando. Evidentemente aquello olía a Chaneles y a Pez gordo haciéndole el salto a su aburrida esposa como cada vez que se celebra una convención, por lo que estábamos mudos dentro de la cabina transparente. Así que el ascensor de cristal chutó para arriba a través de un boquete de ladrillos, ventiladores y otras suciedades que querían abogar por un diseño steampunk estilo La liga de los bobos extraordinarios, retro con alta tecnología, y más o menos en ese momento ya habíamos alcanzado el ático. El elevador nos abandonaba ante las vistas de los techos barceloneses en una noche de cielo rojo como si fuera un mal presagio. ¿Existe vida en Marte? Una piscina iluminada contrastaba de forma drástica con las tres mesas esparcidas y los grupos de chicas jóvenes que hablaban de sus cosas en voz baja. Ahí había pasta o almenos se alardeaba de ello, el barman era un cubano que desertaba y que al día siguiente se largaba porque estaba hasta los huevos de tanta buena cara y se comportó preparándonos unas buenas mezclas. Nada más lejos de la verdad: tres mejunges pasables, el timo del día, un ambiente exclusivo riéndose en tu cara, porque ¿qué representan unos cócteles tan caros servidos en copas de plástico? Dudo que ahí dentro se organicen bullas, es más, tienen pinta de echarte a la que levantas mal una ceja, por eso me contuve y no me tiré a la piscina en pelota picada, pero venían ganas de compensar un precio capaz de hundir por completo nuestros presupuestos, por lo que ya podía prepararnos mucha pijada de sake y melón y mil cojonadas que estábamos indignados. No sé si han extraditado al cubano, pero antes de despedirnos para siempre me contó que existía una ruta que hacían los camareros de hostelería de uno a otro bar de hotel. Así se copiaban los unos a los otros y acababan sirviendo la misma mierda. Semejantes hechos me horrorizaron y estuve aturdido el resto de la noche ante la premonición de que inevitablemente la ciudad sería destruida por nosotros mismos.