Declaración de intenciones

No hay intenciones: Este es nuestro recorrido salvaje hasta que vemos brillar el sol, nuestro crimen y castigo nos obliga a confesar lo que está ocurriendo en Barcelona, porque realmente algo está pasando. Nuestra experiencia cabalgando por los distintos bares de la ciudad ha sido fulminante. Ahora juzgamos y sentenciamos. Decimos qué sitios son los buenos, y cuáles son una puta mierda.
Convenceros de que para ser alternativo, hay que buscarse las alternativas.

Good luck.

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miércoles, 27 de agosto de 2008

ESCAC

Nombre: Escac.
Zona: Rajwal.
Dirección: Pl. Bonsuccés, 6 Barcelona, 08001 (por si queréis enviarles una carta y felicitarles).
Horario: L-J de 8 a 00 / V-S de 8 a 3
Acceso: L1 Plaça Catatònia

Happy hour: Los combinados están bien de precio. Los tienen hechos desde primera hora de la mañana.
Especialidad: Caipirinha.
Precio consumiciones: 6.-€

Ambiente: Lésbico psicobilly tattoo pin-up...los desplazados de la calle Trallers con ganas de seguir siendo guais. Esos se quedan dentro. Fuera en las terrazas están los kumbas tocándose los pies. Y en la plaza están los yonkis bañándose en la fuente. Un ambientazo, vamos.


Dex Deth y yo entramos en el water del ESCAC. Parece una sauna rusa y me parece haber metido un pie en el cubo de la lejía. Una fregona cae en mitad de la oscuridad. La chica de la barra nos pasa una carta y elegimos alg o con lo que destrozar el hígado mientras la panadería de al lado cierra con un estrepitoso persianazo. Un montón de estudiantes engreídos alardean de culturetas en una hora todavía bastante concurrida por pervertidos y otros droggers. Los combinados llegan y nos vamos al piso de arriba, donde el calor es de sauna rusa y los espejos nos dicen que estamos haciendo el pringado de mala manera. Llegados a este punto nos planteamos volver a la fascinante Trallers a pensarnos que estamos en la cresta de la ola de la modernidad o de tirar más abajo y meternos en Rajwal de una puta vez para ver drags, pakis y reírnos un rato de los turistas con los que financiamos este país tan bien estructurado. La corrosiva bebida desciende por la garganta anunciando males futuros. Me veo en una camilla de hospital absorviendo todo el suero del mundo. Sin embargo resulta barato. Buen lugar para conspirar antes de quedar con el resto de la gente. El suelo es a cuadros de ajedrez y parece que de un momento a otro se ponga a bailar todo el mundo el twist, como en los musicales americanos. Muy yankee por dentro y muy yonki por fuera. Quizás por eso el porcentaje de tíos con tupé y un montón de mierdas brillantes en el pelo que corren por Barcelona se atrincheran en este sitio a soñar con Harleys y a empalmarse con Elvis. La calidad de la bebida es fundamentalmente mala. Los prefabricados van perdiendo cada vez más sabor. La cantidad de hielo es perfecta para coger unas anginas y lo recomiendo para darnos cuenta a cuantos sucedáneos nos sometemos día a día.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Completly agree.

Un bar mediocre pero barato, y buenas mezclas que podrías comprar ya hechas en el mercadona.

Lo inquietante es que no tiene NADA de ajedrez excepto el puto suelo.